Hiperfuncionalidad: cuando hacerlo todo te desconecta de vos misma
Si estás leyendo esto, quizás no necesites que te expliquen qué es la hiperfuncionalidad. Ya lo vivís. No podés parar. Sos la que sostiene, la que responde, la que se adelanta a todo. Siempre con la agenda llena, la cabeza a mil y el cuerpo en piloto automático. Tenés logros, sí, pero a veces sentís que eso no alcanza. Que algo adentro está cansado. Profundamente cansado.
En Psycatrices, brindo sesiones online desde un enfoque que no trata diagnósticos clínicos sino que se dirige con curiosidad y compasión a los desafíos específicos que enfrentan las personas en su vida y a los traumas que dan vida a esos desafíos y la “hiperfuncionalidad emocional” es uno de ellos. Es ese patrón donde sobrevivimos haciendo, resolviendo, produciendo, incluso cuando por dentro estamos en guerra.
¿Qué es la hiperfuncionalidad emocional?
Desde una mirada sensible al trauma, podemos pensarla como una respuesta adaptativa a experiencias tempranas donde se aprendió que “valer significaba rendir”. Muchas mujeres hiperfuncionales fueron niñas que se hicieron cargo muy pronto, que cuidaron a los demás antes que a sí mismas, que aprendieron a ser útiles, brillantes o fuertes como una forma de ser vistas, amadas o simplemente de sobrevivir.
Esta hiperfunción no es un trastorno, pero puede ser una forma crónica de “autoabandono disfrazado de excelencia”. Un modo en que el cuerpo se mantiene en alerta, el sistema nervioso no descansa y las emociones quedan en segundo plano.
El costo invisible
Desde la neurobiología del trauma se puede sostener que vivir desde la hiperactivación constante termina alterando nuestra capacidad de regularnos emocionalmente. La exigencia perpetua puede generar síntomas como:
Insomnio o sueño poco reparador
Ansiedad difusa, como una presión en el pecho o la garganta
Fatiga crónica
Preocupación constante sobre qué pensaran y dirán los demás de mí si no llego, si no logro, si paro.
Una autoexigencia que no te permite la pausa ni los permisos
Dificultad para conectar con el disfrute o con lo que realmente se desea
Irritabilidad o llanto inesperado
No son debilidades. Son “mensajes del cuerpo que ya no puede sostener el personaje.”
No somos culpables. Pero sí podemos elegir
Sé que muchas veces, cuando empezamos a darnos cuenta de todo esto, aparece la culpa. Yo mismo me he visto pasar semanas frente al ordenador sin permitirme por ejemplo tomar una breve siesta, salir a dar un paseo o bajar aunque sea media hora a la piscina y tomar un poco de sol, porque cómo voy a estar perdiendo y desperdiciando mi tiempo en vez de estar haciendo. Debería lograr tal o cual cosa.
Yo mismo me he cuestionado: "¿Cómo llegué a esto? ¿Cómo no me di cuenta antes?" Y también la vergüenza de no poder "estar bien" cuando desde afuera todo parece en orden.
En Psycatrices no trabajamos desde el juicio ni desde la corrección. Lo que propongo es una mirada compasiva y transformadora: reconocer que esa hiperfuncionalidad fue útil en algún momento. Nos protegió. Nos sostuvo. Pero ahora, quizás, ya no alcanza o visto de otra manera, sobra.
Por mi experiencia y el acompañamiento a otras personas puedo decir que la salida no es dejar de hacer. Es empezar a “hacerte caso”. A escucharte. A bajar el volumen de la exigencia y subir el de tu cuerpo, tu verdad y tus límites. A aprender a reconocer cuáles son tus necesidades y tus deseos para ir pudiendo responder diferente, desde otra consciencia.
Transformancia: sanar desde la raíz
En los procesos que facilito, integro modelos como la Terapia Centrada en la Compasión (CFT), la Indagación Compasiva (CI), el enfoque somático y el trabajo con narrativas internas. No para "cambiarte", sino para que puedas reconectar con lo que sos sin la máscara del rendimiento.
Porque no se trata de dejar de ser fuerte. Se trata de redefinir qué significa ser fuerte para vos. A veces, la fuerza real está en pedir ayuda, en no tener todas respuestas, en soltar el control y permitirnos sentir.
Si esto te resonó…
Es posible que estés lista para dejar de exigirte sola. Para darte un espacio donde no tengas que rendir, sino simplemente estar. Un espacio para mirar tus heridas con compasión, tu historia con dignidad y tu presente con curiosidad.
En Psycatrices, ese espacio existe. No para que cambies quien sos, sino para que te descubras.
¿Te gustaría formar parte de un grupo íntimo donde trabajamos estos temas desde el cuerpo y la compasión?
Ya podés postularte al grupo "Sin Máscaras", 8 semanas para soltar la exigencia y volver a tu autenticidad.
👉 Para más info, escribime por privado.
Sanar no es volverse alguien distinto. Es dejar de pelear con quien ya sos.
Te abrazo,
Juan